SEGÚN LAS NOTICIAS, el vehículo, en el que viajaban
una sucesión de siglas indescifrables, se
salió de la calzada chocando, violentamente,
contra un canal de hormigón. La grieta mezcló
los órganos con el pasto: agua en el agua.
***
HE RECORRIDO LAS CALLES DE ESTE PUEBLO y no
recuerdo dónde. Tu casa. No sé quiénes. Saludaré
a tu padre sin saber que es tu padre y dirá
el poeta sin saber que yo. Sin saber que en tu
casa. Tu cernidero. Tu guitarra. Tu música, que
también fue la mía. Vivo en un pueblo que ya
no es el tuyo. Que nunca te ha nombrado desde
entonces. Si escribo. Tal vez adiós. Ve en paz.
***
EL PUEBLO SE SUMERGIÓ EN EL OLVIDO y nadie
te ha sugerido desde entonces. Un silencio doloso
nos atravesó de plano. Bebí otro trago en
tu honor. Supe que te querían por cómo me
miraron. Tu nombre resonó sobre sus cajas torácicas.
Supe que fuiste feliz aquí. Construí mi
hogar. Y lo fui también.
***
SI DIGO MUERTE APARECES, pero ya no me reconozco
en tu ausencia. Si digo adiós. Si mañana
te ofrezco las flores que debí entregarte hace
veinte años. Si tributo. Si custodia. Si yo te nom-
bro: vives. Aquí, conmigo.
Redención David Refoyo La Bella Varsovia (Barcelona, 2022) 88 páginas 13,90 € |