V
digo mi madre y se origina
un espectáculo visual en mi memoria.
mi madre es una mancha de color
en mis palabras.
mi madre. mi madre. mi madre.
Pablo Velasco Baleriola
Cargo el silencio de las matriarcas. Vivir es intentar
entender su misterio, escuchar sus voces en los surcos
de la memoria y el vientre.
Intenté arar una colina ya perdida en Bejuma. Caminos
verdes. La casa de arriba tenía cuartos para todos los
hijos, camas y chinchorros alegres para los nietos. Bajo
su techo, vi a los anfibios posarse en todos los rostros y
dictar la noche.
Desconfianzas
me siento a la mesa y escribo
con este poema no harás la revolución
no dormirás el hambre
con estos versos no dejarás de ser extranjera
no vivirás el tiempo de a sorbos
ni despertarás a la fecha en el pasaporte
con este poema no desmentirás la revolución
ni alcanzarás la palabra inocente
con estos versos no podrás despedirte de nadie
ni besar a tu madre
no tendrás asilo en la nostalgia
no conjugarás presencia o espera
me siento a la mesa y escribo
Los trabajos en negro y los días
La luz atiende el llamado
de la forma despierta
me digo para empujar los pasos
cepillar los dientes
atravesar la puerta/inalcanzable
entonces escribo este poema
interrumpo los calendarios
resisto a las horas
renuncio a la muerte
acaso vivir sea una conquista
del hábito.
Ayes del destierro Andrea Sofía Crespo Madrid Libero Editorial (Madrid, 2021) 76 páginas 10,00 € |