Ya es difícil poder disfrutar de una edición disponible en español de Empire Falls, la novela con la que Russo ganó el Pulitzer en 2002. Y en general en España, toda la obra de Richard Russo, está bastante tocada por la falta de reedición. Afortunadamente, Larrad Ediciones ha tenido a bien contar, para su incipiente catálogo, con la traducción de su colección de ensayos El ladrón de destinos. Un total de nueve textos del escritor y guionista neoyorquino, a través de los cuales recorre anécdotas personales con las que tiene la maestría de hilar crítica literaria, filosofía e incluso, por qué no, hay que ser Richard Russo para poder permitírselo, esbozar una suerte de receta para la vida: Reglas Russo para una Buena Vida. La primera de ellas es espectacular: “Buscad qué tipo de trabajo os gustaría hacer gratis y luego encontrad a alguien que os pague por hacerlo”.
«Buscad qué tipo de trabajo os gustaría hacer gratis y luego encontrad a alguien que os pague por hacerlo», sugiere el autor
La tumba y la cómoda es uno de los ensayos más reveladores sobre su verdadero espíritu, con una profunda fe en el humor como una forma de vida, Russo nos habla del poder de la risa, rebelde e insumisa al decoro, que no obedece a lo políticamente correcto, y brota de manera incontrolable en las situaciones más irreverentes, dejándonos completa y salvajemente en evidencia. La risa, que como la muerte, todo lo iguala: “De hecho, la incapacidad para reírnos, tanto del mundo como de nosotros mismos, es un indicio de enfermedad mental”.
Los ensayos fluyen con tanta naturalidad, que logra mantenerte embelesado durante toda su lectura.
El ladrón de destinos funciona como una suerte de autorretrato en el que cada ensayo arroja una pincelada en la semblanza del escritor novel que fue, carne de cañón de taller de escritura creativa y alumno rezagado hasta que consiguió encontrar su propia voz, el tono y la voz de Richard Russo. Y cómo se convierte en el profesor de Literatura que desgrana como si de la sesión de una de sus clases se tratara a un Dickens confiado y seguro, o a un Mark Twain como el hombre optimista finalmente roto. Cualquier amante de la Literatura apreciará sus valoraciones sobre técnica narrativa, creación de personajes, tono, ritmo y punto de vista.
Un maestro para esconder los apuntes de crítica literaria detrás del relato de un puñado de batallitas sentimentales, propias ya del bagaje digno y luminoso de haber recorrido el tránsito con acierto desde el lugar del aprendiz con pretensiones al del escritor de oficio, curtido y con sello personal. Los ensayos fluyen con tanta naturalidad, que logra mantenerte embelesado durante toda su lectura.
El ladrón de destinos
Richard Russo
Larrad ediciones, 2019
240 páginas
21,50€
APTO PARA: Practicantes del taller de escritura y disidentes del humor políticamente correcto
NO APTO PARA: Tarugos de indignación fácil y aspirantes a escritores que no han leído nada