El objetivo de la ciencia ficción nunca es predecir el futuro, pero resulta inevitable ceder a la tentación de comprobar cuánto ha acertado una obra en términos de lo que estaba por venir. En el caso de ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, la novela de 1966 recién reeditada por Minotauro (llevaba […]